La película ganadora de la 71ª. Edición es una ópera prima sobre una practicante de abortos clandestinos durante el franquismo, con Janet Novás como protagonista
Atónitos por la ficción como gasolina de lo real, nuestras películas, nuestras series y nuestras vidas, cada vez más, se escriben solas. También las crónicas, y es que en una ciudad de San Sebastián partida en dos, la 71ª. Edición del Festival de Cine más importante del mundo para la esfera hispanohablante echó el cierre anunciando su palmarés oficial. Y decimos partida en dos porque, apenas a dos kilómetros y medio del Kursaal donde se cantaban los premios, las aficiones de la Real Sociedad y el Athletic Club de Bilbao se preparaban para cantar los goles del derbi vasco. La playa de la Concha, orgullosa y consciente de que todos los focos estaban sobre ella, brillaba con la marea alta en luna llena.
Tras el saludo vía satélite del maestro Miyazaki y el concierto más «punk» del maestro Erice (los dos únicos Premios Donostia que se pudieron hacer efectivos en un certamen al que apenas le afectó la huelga en Hollywood) como puntos álgidos de la semana larga de cine, el jurado presidido por la respetada directora gala Claire Denis comenzó a repartir la pedrea, en una especie de lotería furtiva ciertamente construida a su imagen y semejanza.
A la gran gala de clausura llegaban bien posicionadas All Dirt Roads Taste of Salt, película de Raven Jackson sobre varias generaciones de una familia negra en Mississippi que precisamente comenzó su andadura como proyecto en uno de los laboratorios de Donosti, Fingernails, de Christos Nikou y dispuesta a convertirse en la anti-comedia anti-romántica del año y, sobre todo, O corno, ópera prima de Jaione Camborda sobre una practicante de abortos clandestinos en Galicia durante el franquismo. No eran, ni mucho menos, las mejores películas, lejos del brío nervioso de El sucesor, de Xavier Legrand, o la pasión caótica de Un amor, de Isabel Coixet. Pero sí eran las que más encajaban con la pulsión desgarrada (que no desgarradora) que se intuía en el gusto del jurado. Para cuando el colegiado Gil Manzano se llevó el silbato a la boca en el nuevo Anoeta, la suerte en el Kursaal quedaba repartida.
Mito, mística, mujer
Tras un «opening» en español y euskera, firmado por la cómica Eva Hache y la actriz Loreto Mauleón, la gala discurrió como siempre: más larga de lo debido y atropellada, intercalando bellos discursos reivindicativos como los de la mayoría de cineastas argentinos que se subieron al escenario, denunciando el ascenso de la extrema derecha en su país; con otros más esperpénticos o directamente cómicos, como el del actor japonés Tatsuya Fuji, que fue premiado como mejor intérprete por Great Absence. El galardón, compartido con el argentino Marcelo Subiotto por su rol como profesor de filosofía en Puan, no fue el único para la película de María Alché y Benjamín Naishtat, también receptora del Mejor Guion. Justo antes, un animado Hovik Keuchkerian convirtió su discurso de aceptación del premio a mejor intérprete de reparto por Un amor en un monólogo y a Kalak, la estomagante propuesta de Isabella Eklöf le dio tiempo a ganar el premio a Mejor Fotografía y también el Especial del Jurado.
Para el final quedó la rendición al cine dirigido por mujeres: las taiwanesas Peng Tzu-Hui y Wang Ping-Wen recibieron la Concha de Plata a la Mejor Dirección por Great Absence y, con aplauso de toda la platea, Jaione Camborda levantó la Concha de Oro a la Mejor Película por su sentida O corno. No solo se convertía así en la primera mujer española en hacerlo, a cincuenta años del triunfo de Víctor Erice como el primero de nuestro país, si no que se apuntaba el tanto con una película sobre las practicantes de abortos en la clandestinidad durante las postrimerías del franquismo. Cine político, cine poético, pero cine que deja gusto a poco. No es que O corno no sea una buena película, de hecho es una muy buena película, una de las mejores del año en el cine español. El problema es que lo lejos que queda en el tiempo su mensaje, tanto como en su momento el de la francesa El acontecimiento, parece una reivindicación aguada para con lo contextual del asunto social en el que raya.
Para el recuerdo (y para la inminente temporada de premios) quedará la interpretación de Janet Novás en el papel protagonista, rostro vivo de la sororidad cuando el patriarcado aprieta. Pero, de nuevo, lo correcto del conjunto no permite que la catarsis sea completa: O corno es como un río al que se vierten ideas interesantísimas que acaban siempre siendo consumidas por el desagüe de su tesis central. Vale la pena, eso sí, quedarse con el gesto del festival, premiando a una película que nació de sus talleres mismos, haciendo material y posible otro cine, más sentido, más real y, sobre todo, más crudo. El año que viene, más.
Palmarés selecto de la 71ª. Edición del Festival de San Sebastián:
-Mejor Guion: "Puan"
-Mejor Dirección de Fotografía: "Kalak"
-Mejor Interpretación de reparto: Hovik Keuchkerian, por "Un amor"
-Mejor Interpretación protagonista: Marcelo Subiotto, por «Puan» y Tatsuya Fuji, por «Great absence»
-Mejor Dirección: Peng Tzu-Hui y Wang Ping-Wen, por «A Journey In Spring»
-Premio Especial del Jurado: «Kalak», de Isabella Eklöf
-Mejor Película: «O corno», de Jaione Camborda
-Premio RTVE Otra mirada: “All Dirt Roads Taste of Salt”, de Raven Jackson / “The Royal Hotel”, de Kitty Green
-Premio Irizar del cine vasco: “El sueño de la sultana”, de Isabel Herguera
-Premio del Público a la mejor película: “La sociedad de la nieve”, de J.A. Bayona
-Premio del Público a la mejor película europea: “Io capitano”, de Mateo Garrone
-Premio Zabaltegi Tabakalera: “El auge del humano 3”, de Eduardo Williams
-Premio Horizontes Latinos: “El castillo”, de Martín Benchimol
-Premio New Directors: "Bahadur the Brave", de Diwa Shah