Esta aclamada actriz británica que trabajó con famosos directores, entre ellos Ken Russell, ganó dos premios Oscar en los años 70, además de obtener reconocimientos en el teatro y la televisión.
Trabajó con grandes del cine británico como Ken Russell, John Schlesinger, Joseph Losey o Peter Brook; tuvo escarceos con Hollywood, ganó dos Oscars: por Mujeres enamoradas / Women in Love, una de las muchas cintas en las que fue dirigida por Russell, artífice de buena parte de sus films más recordados, y el segundo por Un toque de distinción / A Touch of Class, de Melvin Frank, para ya en la madurez volcarse en su segunda vocación, la política (perteneció al ala más radical del partido laborista). La británica Glenda Jackson murió a la edad de 87 años, después de una breve enfermedad, este jueves 15 de junio, en su casa en Blackheath, en Londres, acompañada de su familia.
Jackson fue una de las cuatro hijas de un albañil y una señora de la limpieza en el noroeste de Inglaterra que nunca olvidó sus raíces, incluso cuando se hizo un nombre como una de las mejores actrices de su generación. Trabajó en teatro, televisión y cine antes de abandonar para dedicarse a la política. Fue entonces cuando aseguró que "la vida de un actor no es interesante". Al crecer en Birkenhead, Cheshire, Jackson dejó la escuela a la edad de 15 años y encontró trabajo en una tienda antes de ganar un lugar en la prestigiosa Royal Academy of Dramatic Art de Londres.
La actriz, que debutó en las pantallas en la deslumbrante This Sporting Life, de Lindsay Anderson en 1967, se labró una sólida carrera como actriz durante décadas. Ganó su primer Oscar de la Academia en 1971 como actriz principal por su papel de artista testaruda en la película del director Ken Russell sobre la novela de D.H. Lawrence Mujeres enamoradas / Women in Love. Su segundo Oscar llegó tres años después por Un toque de distinción / A Touch of Class, comedia romántica hollywoodiense dirigida por Melvin Frank, en la que Jackson interpretó a una diseñadora de modas acosada y atrapada en una historia de amor catastrófica con un hombre de negocios estadounidense en Londres.
Fue Russell su mejor cómplice en la pantalla. Ambos hicieron además de la citada The Music Lovers, The Devils y Salome's Last Dance.
Después de más de tres décadas en el escenario y el cine, cumplidos los 50, Jackson dejó de actuar y llevó su estilo sensato y directo a la política. Estaba enfadada por el daño que Margaret Thatcher, la primera ministra conservadora de Gran Bretaña entre 1979 y 1990, habría inflingido a las clases trabajadoras. En 1992, a la edad de 55 años, Jackson ganó un escaño en el parlamento representando al Partido Laborista en un distrito electoral del norte de Londres: "Debemos trabajar por los pobres, los desamparados, los desempleados, los frágiles, los enfermos", dijo a sus seguidores.
Volvió a los escenarios, una vez jubilada, cumplidos los 82 años, para interpretar al "Rey Lear" en una versión teatral del clásico de Shakespeare en Broadway, que le granjeó estupendas críticas. Antes había obtenido el Premio Tony a la mejor actriz principal de una obra de teatro en "Tres mujeres altas". Se convertía así en la 24ª persona que se hacía con la llamada triple corona de la actuación en Estados Unidos y que comprende el Oscar, el Tony y el Emmy -tenía dos, uno a la mejor actriz por la serie "Elizabeth R." y otro a la mejor actriz de miniserie o telefilm por "Shadow in the Sun"-. En su relación de premios posee también un Globo de Oro y un BAFTA.
Jackson estuvo casada de 1958 a 1976 con el director de escena Roy Hodges. Le sobrevive su hijo, Daniel Hodges, que nació en 1969. Deja una película póstuma, The Great Escaper, de Oliver Parker, donde se reencontró con Michael Caine, su coprotagonista en Una inglesa romántica / The Romantic Englishwoman (1975).