Jacinthe está volviéndose loca: cientos de polillas circulan por su cocina, pero ella no sabe cómo deshacerse de ellas. Bruno, su marido, está más desesperado por la reacción de su esposa que por las polillas. Léa, una amiga de ellos, les propone pasar un fin de semana en el campo. Judith, otra amiga, es también invitada. A último minuto Léa cambia de planes, decide seguir a un mudo que la ha dejado impactada.

Después de haber trabajado como productora de televisión, Jeanne Labrune (Berry Bouy, Francia, 1950) inicia sus pasos por el cine con el largometraje De sable et de sang, presentado en la sección “Un Certain Regard” del Festival de Cannes de 1987. En 1991 produce y escribe el guión de Sans un cri. Años más tarde, en 1998, produce Si je t’aime, prends garde à toi, una historia de amor pasional y destructivo. Realizó el guión de Vatel (2000), que finalmente fue dirigido por Roland Joffé.

Iniciando el año 2000, Jeanne Labrune se embarca en un desafío totalmente diferente, con Ça ira mieux demain (2000), seguida de C’est le bouquet! (2002), y ¡Habla no más! (Cause toujours!, 2004). Con esta trilogía cambia de orientación, tomando como rumbo la comedia o más bien la “fantasie”, como ella lo describe. Una cómoda en el primer film, un ramillete de flores en el segundo y una pollilla en el tercero, son el detonante de una serie de confusiones y situaciones inesperadas que revelan lo absurdo de nuestra sociedad.

Jeanne Labrune recuerda las circunstancias en las que surgió la idea del film: “Una mañana encontré mi apartamento invadido por “animales voladores no identificados”. Bruno Fontaine (el compositor de la película, y quien también tiene un pequeño rol) me ofreció una caja de plaguicida para exterminarlos. Días más tarde, en presencia de Richard Debuisne (co-dialoguista del film quien interpreta al muerto) estaba inquieta por esto y hablando le pedí que me diera una explicación; él me ofreció sólo una tajada de melón. Y he aquí que dos mosquitos estaban volando alrededor de la fruta. Polillas-Mosquitos-Sospecha-Obsesión-Contaminación… la idea nació de todo esto… por libre asociación”.

La realizadora explica que a través de esta historia de la polilla, ¡Habla no más! aborda el tema de la desconfianza, algo que es, según ella uno de los males de nuestra sociedad: “El miedo se nos ha inoculado a través de miles de formas y se ha vuelto una manera de manipularnos y hasta puede paralizarnos; y nos priva, además, de toda libertad de acción y de creación…”