Iniciado en 2017, promovido por el Circuito Gran Cine y luego de cinco ediciones, es en el año 2022 que Fábrica de Cine, programa de formación audiovisual en derechos humanos, dirigido a los jóvenes fundamentalmente, logra un nuevo alcance al extender su radio de acción en las comunidades, gracias al apoyo de la Embajada de Francia, y de las ONG Chama Tech, Caracas Mi Convive y la Universidad Católica Andrés Bello.
REFERENCIA
Tras cinco ediciones, Fábrica de Cine dejó de ser un programa de formación audiovisual solo para jóvenes y comenzó a penetrar en las comunidades populares y en la búsqueda de nuevos aspirantes a convertirse en realizadores y defensores de los DDHH, sin distinción de edad ni mucho menos grupo social. El alcance se expandió y fue un proceso que acompañó un nuevo patrocinante, la Embajada de Alemania, además de nuevos aliados: las organizaciones Chama Tech y Caracas Mi Convive, y la Universidad Católica Andrés Bello.
Nacía una nueva etapa de este programa social, a la par que se gestaba una nueva edición que continuaba la estructura regular de formación, la número 7. Dada la simultaneidad entre ambas etapas, a esta nueva se le numeró Fábrica de Cine 8, donde se ve el resultado de todo el trabajo comunitario del Circuito Gran Cine que comenzó en 2017, con participantes de sectores populares de 11 comunidades del Distrito Capital, que son: La Vega, Santa Rosalía, Catia, Antímano, Caricuao, La Pastora, El Junquito, San Juan, San Bernardino, San Agustín y La Carlota.
Las organizaciones Chama Tech (tecnología para empoderar a las jóvenes) y Caracas Mi Convive, dedicada a potenciar la articulación comunitaria y promover la participación ciudadana en comunidades vulnerables y con altos niveles de violencia para el fomento de una convivencia más segura, democrática y resiliente, se sumaron al programa, que contó además con el apoyo logístico de la Universidad Católica Andrés Bello, donde los participantes recibieron muchas de sus cátedras, luego de haber estado en sesiones en el Centro Cultural Chacao, que también fue un enorme apoyo para que estas cátedras presenciales fuesen posibles.
Estos apoyos y alianzas dieron sus frutos en la producción de tres cortometrajes que ofrecen igual número de temas de interés social: Un cafecito y pa’lante, que relata la necesidad a la cual se ha visto obligado el venezolano de asumir un emprendimiento para paliar el déficit salarial; Educación o pañales que aborda el tema del embarazo adolescente; y Cuerpos diversos, que ofrece un acercamiento a las fortalezas creativas y expresivas sobre el escenario, de un grupo de bailarines con distintas discapacidades. Los tutores de los participantes para estos trabajos fueron: Henry Páez, para Cuerpos diversos, Juan Díaz para Un cafecito y pa’ lante, y María Inés Calderón para Educación o pañales.