En La Barra, un alejado pueblo del pacífico colombiano, Cerebro, líder de los nativos afrodescendientes, enfrenta fuertes contradicciones con el Paisa, poderoso terrateniente que planea la construcción de un hotel en la playa. Daniel, un citadino extraño y silencioso, llega una tarde cualquiera y permanece varios días en el sitio a la espera de una lancha clandestina que pueda sacarlo del país. Una niña (Lucia) y dos adolescentes (Miguel e Israel), necesitados de dinero, son los únicos que intentan ayudarlo, pero conseguir una embarcación tomará más tiempo de lo planeado.

Después de estudiar en la Escuela de Cine de la Universidad Nacional de Colombia, el cineasta colombiano Oscar Ruiz Navia (Cali, 1982) se graduó como Comunicador Social en la Universidad del Valle. En 2006 fundó Contravía Films, compañía de cine independiente con la cual busca producir sus películas y las de otros directores emergentes. Fue coordinador del Cineclub “Cine de Autor” en la Fundación de Artes Visuales Lugar a Dudas e hizo parte del 2 Buenos Aires Talent Campus.

Ruiz Navia ha sido asistente de fotografía en los largometrajes El Rey (José Antonio Dorado Zúñiga, 2004) y Yo soy el otro (Oscar Campo, 2008), así como asistente a la dirección en Perro come perro (Carlos Moreno, 2008).

Junto a Sofía Oggioni co-dirigió el docu-ficción Los hijos de la bestia (2005), producido por Señal Colombia y la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Del Valle, seleccionado en el 27 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana – Muestra Informativa (Cuba, 2005), ALUCINE 7th Toronto Latino Media Film Festival (Canadá, 2006) y en algunos otros festivales especializados.

Ha dirigido los cortometrajes Tres libras: música para enfermos (2002), junto a Mauricio Vergara y Luís Henao; Sunrise (2003), junto a William Vega; Licuefacción (2007), junto a Néstor Ríos; Al vacío 1,2,3 y En la barra hay un Cerebro (2006), con los cuales fue seleccionado en varios festivales nacionales e internacionales.

El 12 de marzo de 2010 estrenó su primer largometraje El vuelco del cangrejo, película con la cual ganó el premio FIPRESCI otorgado por la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica en la sección Forum (una de las tres que premia la asociación) del 60º Festival de Cine de Berlín.

“Cuando veo la película siento que todo este tiempo de trabajo valió mucho la pena, que hay que seguir mejorando, y que la vida continúa. Que la gente es más importante que el cine, que hay que dudar de todo lo que uno hace para seguir creciendo y que la libertad es la única forma real de creación. Que el cine que me gusta es de pandilleros, que solo con una pandilla uno puede lograrlo”, dijo recientemente Ruiz Navia al referirse a la experiencia de dirigir su primer largometraje. “Esto es una metáfora de la guerra, es un micro universo de lo que puede ser algo más amplio y complejo; la lucha por un espacio”, agrega.

El vuelco del cangrejo, estuvo también en el Toronto Film Festival –TIFF- 2009 donde fue su lanzamiento mundial; recibió apoyo del Fonds Sud Cinémay The Global Film Initiative, fue parte del 5 Buenos Aires Lab de la edición 10 de Bafici y del Open Doors del 61 Festival del Cine de Locarno, además de participar en el Festival Internacional de Cine de Miami.

Oscar Ruiz Navia cuenta cómo surgió la inspiración para la idea del film: “El vuelco del cangrejo surge a partir de una experiencia personal. Yo conocí La Barra, que es el lugar donde filmé la película como un turista más en el año 2002 y yo viajaba al lugar a acampar. Me gustaba ir porque era un sitio muy alejado y me quedaba en la casa de Cerebro, que es un personaje real, y siempre me pareció muy especial cómo concebía el lugar y cómo debía ser. Él trabajaba en turismo hacía casi 15 años, siempre promoviendo un turismo alternativo. En unas vacaciones en el año 2005 llegué y todo era diferente, habían puesto electricidad en el pueblo y entonces había bulla. Un día, una persona del interior, un 'paisa' que ponía siempre la misma canción y vendía cerveza, comenzó a robar a los turistas que traía Cerebro. Me inspiró esta anécdota para hacer la película”. (*)

Para el rodaje de El vuelco del cangrejo, primero existieron los personajes y luego el guión. Oscar Ruiz Navia, “quería captar momentos de realidad, sin ninguna técnica y eliminando cualquier gesto o movimiento fingido en sus personajes, por eso realizaba los ensayos y daba a conocer los diálogos 20 minutos antes de rodar e intencionalmente omití detalles de los personajes, como su procedencia o destino, para que el espectador pudiera imaginarse lo que quisiera, así no sería una única película, sino como tantas personas la vean, tantas versiones existirán”.

Además de Berlín y Toronto, El vuelco del cangrejo recibió el Premio Especial del Jurado (Ópera Prima) en el Festival de La Habana y fue seleccionada por Colombia para el Oscar como Mejor Película Extranjera, 2010.

(*) (Declaración tomada de: http://tierraentrance.miradas.net)