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CINEUROPA.ORG / Camillo de Marco / Martes 01 de Enero
Legislación – Italia
La política tiende una mano al cine
Los cineastas italianos piden mejoras para el medio cinematográfico
El ministro de Cultura, Francesco Rutelli, ha sugerido durante la abarrotada reunión en Roma con el movimiento "Centoautori" -directores cinematográficos, guionistas, actores y técnicos que piden más intervención de los responsables de redactar las reformas- la formación de una delegación de cineastas que siga, paso a paso, los trámites parlamentarios de la nueva ley sobre el cine.
Entre los participantes se encontraban nombres de la talla de Bernardo Bertolucci (en la foto), Francesco Rosi, Marco Bellocchio, Giuseppe Piccioni, Francesca Comencini, Ferzan Ozpetek, Carlo Verdone, Sandro Petraglia, Stefano Rulli y Daniele Luchetti (moderador).
"Señor ministro, ¿es posible hoy día realizar una película como 1900 or Salò?", preguntaba Bertolucci de manera provocadora, expresando su ira, "porque ningún político del Gobierno de hoy ha pronunciado jamás la palabra «cultura»".
Marco Bellocchio habló contra los "burócratas" que trabajan en las instituciones cinematográficas: "¿Por qué Francesco Alberoni preside [el centro Experimental de la Cinematografía] sin saber nada de cine?".
Discursos apasionados que también alcanzaron la cuestión de incrementar el número de películas italianas en la programación televisiva; de un mayor apoyo por parte de la televisión de pago Telecom y los proveedores que explotan los derechos de las películas, así como la introducción del cine como asignatura escolar.
El ministro recordó, por su parte, los pasos que ya se han dado –la adición de 220 millones de euros al FUS; la asignación de directivas públicas a Cinecittà Holding y un decreto ministerial en criterios de financiación que precede a la reforma- y que se ha "trazado la futura ley", que muy pronto se aprobará, que incluye un nuevo sistema de ayudas fiscales, una nueva agencia de cine basada en el modelo francés, la transición de un sistema de fondos discrecional a uno automático basado en los resultados, mayores garantías para primeras y segundas obras, modificaciones de la Ley 122 (que, desde 1998, obliga a las televisiones a invertir en cine) y una nueva centralidad para productores independientes.
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