En el trayecto que hay desde la farmacia del bulevar Pérez Bonalde hasta la calle Argentina, de Catia, Irma García llevó en la cabeza a Pablo Neruda. Lo recordó como lo ha visto siempre: en forma de libros y poemas en uno de los estantes de la biblioteca de su hija universitaria.Eran las 8:00 pm del martes pasado cuando llevaba en mente ese recuerdo, más otro: "No voy al cine desde costaba 2.000 bolívares. Ahora el sueldito no alcanza", dijo mientras intentaba recordar la última película que había visto. Irma fue una de las transeúntes que se detuvo en la primera proyección del Cine Móvil Popular en el oeste de la ciudad, que arrancó con la película italiana Il Postino (El cartero), donde un Pablo Neruda interpretado por el recién fallecido Phillipe Noiret da consejos a un joven enamorado desde la pantalla.Las pocas luces que quedan encendidas en los locales mantienen la penumbra nocturna en este bulevar de Catia, que de día está ocupado por vendedores informales. En esta oscuridad, en medio de gente que apresura el paso sobre los adoquines del paseo, motos que van de un lado a otro, caminó Pablo Neruda y le regaló metáforas al pobre Mario, el humilde cartero enamorado de Beatrice de la película, y a todos los que el marte se apropiaron de las 60 sillas plásticas que se dispusieron para esta función, enmarcada en el Festival de Cien Italiano.Como Irma, no todos los que se pararon a ver la cinta se quedaron hasta el final. Muchos pasaron y se quedaron un rato de pie y siguieron su camino; otros se sentaron alejados en las jardineras del bulevar. "Esto de noche es una boca de lobo, deberían poner más vigilancia, porque a esta hora quien pasa, lo hace corriendo", dijo Euclides Núñez, quien no iba al cine desde King Kong, en blanco y negro.De noche el bulevar Pérez Bonalde en Catia es lo más parecido a un set para grabar una pelicula de suspenso. Los mendigos que duermen en el pasaje remedaban los diálogos de los personajes de Il postino. La zona es tan insegura que lo que serían las acomodadoras en una sala tradicional, en el Cine Móvil, son habladoras mujeres integrantes de la Reserva, a quienes esa noche algunos de los espectadores tuvieron que decirles "Shhh", para poder oír la película.El plan piloto de Cine Móvil Popular de la Alcaldía Metropolitana y el circuito Gran Cine arrancó con algunos tropiezos. Se hicieron proyecciones en las plazas Bolívar de Caracas, La Pastora, El Valle, Pérez Bonalde y Bolívar de El Hatillo durante toda la semana pasada, pero se suspendieron por las elecciones presidenciales. El 15 de diciembre se retomarán con la proyección de Las trillizas de Belleville de Sylvain Chomet, posiblemente en una nueva pantalla inflable más grande y más fácil de trasladar, y se suspenderán otra vez por la Navidad. El 5 de enero arrancará de forma regular con el homenaje a Chaplin.