Como parte del Festival de Cine Venezolano de Mérida se proyectó, antes de su estreno comercial en el país, la segunda película de Franco de Peña:Tu nombre es Justine. El director habla de su experiencia como cineastaFranco de Peña camina por el pasillo que lleva a las salas de cine. Está preocupado. Le dijo a los estudiantes de un talles que dictó en la mañana que los vería después de la proyección de la cinta para responderles todas sus inquietudes. Recorre el espacio con dificultad porque hay mucha gente. Son las personas que esperan ver las dos nuevas funciones que se ofrecen de su filme, Tu nombre es Justine. Por fin consigue una sala. Tiene poco tiempo. Esta semana viaja a España y luego a Alemania, pero ahora está dispuesto a conversar sobre su más reciente película con el público.Tu nombre es Justine tuvo su origen en 1999. La idea surgió cuando un amigo de De Peña hacía un documentla sobre la trata de blancas y consiguió historias parecidas. La suya, producto de los relatos de una ucraniana, dos rusas, una polaca y una holandesa, retrata la vida de Mariola, una joven polaca que se va de vacaciones a Alemania con su novio y es vendida a una red de prostitución. La obligan a trabajar con el nombre de Justine, najo la amenza de asesinar a su abuela. Ésta no es una historia de ficción, no para las muchas Mariolas convertidas en Justines por hombres sin escúpulos, más de 100.000 en Europa en la década de los 90.De Peña habla pausado. Explica sus ideas y visiones con una claridad tal que es posible entender por qué es consigue financiamiento extranjero. Conoce su oficio. Era un alumno de Economía cuando decidió cambiar de destino y estudiar cine. Aquí y afuera. Y afuera se quedó. La pesadilla que le significó hacer Amor en concreto, según afirma, lo llevó a tomar la decisión de vivir del cine en otra parte."Me da terror hacer cine en Venezuela. Para hacer una buena película se necesita dinero. No un poco. Todo el necesario para cubrir cuatro cosas básicas: sonido, fotografía, actuación y cámara. Nadie puede crear un buen filme si requiere trabajar para poder comer mientras produce la cinta. Tienes que dedicarte de forma exclusiva. Además, aquí todo es un clan. El mundo del cine nacional se maneja por grupos de amigos y todo el esfuerzo se queda en el camino".Para desarrollar Tu nombre es Justineobtuvo financieamiento en Polonia, Luxemburgo, Euroimagen y Canal Plus. No fue tan fácil con Amor en concreto, película que hizo hace años y que actualmente está en la cartelera nacional.El cineasta señala que jamás ha recibido financiamiento nacional para una cinta y que le han rechazado siete proyectos en el CNAC. "Con Amor en concreto me rebotaron durente tres años, pero no les di el gusto. Yo tenía el idealismo de hacer mi primera película en el país y tuve que adaptarme a la situación. La hice en condiciones duras, costó menos que un cortometraje. Sufrí muchísimo con la fotografía, la escenografía, hubo escenas que corté proque no alcanzaba la plata. Fue cuando me dije 'no me la calo'.Esto lo afirma en cualquier lugar y se lo dice a los estudiantes: "Siempre tuve esa pendejada romántica de ser venezolano, pero serlo me está jodiendo la vida. Aquí no se puede hacer cine con gente nueva. Tienen que pelear su espacio. La ley de cine es para ustedes también". En el futuro de este director quizás figure una producción con El Deseo, de Pedro Almodóvar, que aún no se ha concretado. Lo cierto es que aunque se refiere a sí mismo como caraqueño y piense que la sordidez de sus películas tiene mucho de la ciudad en que nació, no tiene ninguna intención de regresar.-------------------------------------------------------------Se llama JustineTres años duró el proceso de producción de la película, filmada entre Polonia y Alemania. 11 versiones del guión hasta llegar a uno final. 3 meses de trabajo con la actriz para introducirla al personaje. Tu nombre es Justine, enviada por Luxemburgo como candidata para optar por una psotulación al Oscar como Mejor Película Extranjera, no es una cinta venezolana. Así lo aclaró en rueda de prensa Franco de Peña. Está hablada en polaco, alemán e inglés y sus actores son desconocidos en este lado del Atlántico.La protagonista, Mariola, es interpretada por Anna Cieslak, una joven polaca recién graduada de la escuela de actuación."Quería conseguir a una muchacha que fuera angelical, que nadie sospecahra de ella y que al público le doliera mucho más lo que le pasara". Y lo logró. Mariola camina hacia su desgracia con una inocencia que cautiva y convence al espectador.La historia está contada desde su perspectiva."Cuando comencé a escribir desde ese punto de vista, todo fluyó".A través de sus experiencias el espectador se encierra y vive el proceso de degeneración de la joven, que se convierte en esclava sexual. La claustrofobia es abrumadora y la sensación de desazón al salir del cine deja claro que la película convence y atrapa.