Una gran fila de gente repleta de suéteres, bufandas y algún que otro gorro de lana esperaba desde las 3:00 pm la subida a la segunda estación del Teleférico de Mérida. Ya para las 6:00 pm la neblina había cubierto gran parte de la montañay el funicular amarillo desaparecía entre la masa blanca.Arriba ya todo era fiesta. Aunque el frío obligó a algunos a resguardarse, la mayoría se mantenía bailando al aire libre con vista a la montaña nublada a la espera del anuncio que sellaría el comienzo oficial del encuentro.Después de varias horas de celebración anticipada, la coordinadora del festival, Karina Gomez, subió al escenario. "¡Una vez más se reúne en Mérida el cine nacional!", gritó; muchos de los más de 600 estudiantes de audiovisual de todo el país presentes bailaban y gritaban."La idea es felicitarnos por haber llegado hasta aquí. La felicidad de verlos aquí hace valer la pena el esfuerzo", continuó Gómez con gritos de aclamación del público que recordaban más a un concierto de un ídolo del rock que a una inauguración de un encuentro de cine."Una, la principal, la razón, por la que estamos aquí es por los cineastas. Tanto por los que ya han logrado hacer sus películas como por ustedes que quieren ser cineastas". Los gritos se mantenían, cada vez con volumen más alto. Gómez se despidió de los jóvenes y dio paso al director del festival, Bernardo Rotundo, en el escenario.Rotundo, emocionado y de pocas palabras, señaló que el Festival de Cine Venezolano de Mérida "es una oportunidad pra abrir campo a los jóvenes que quieren hacer cine en el país. Todos queremos que eso suceda. Queremos que las salas de cine se llenen de cine venezolano". Sin embargo, emitió un pequeño regaño, más en tono de recomendación que sale de los labios de alguien que conoce el mundo del que habla: "tienen que asistir a las salas a ver el cine nacional, tienen que ver películas venezolanas si no de nada vale el esfuerzo. Debemos seguir peleando por hacer un buen cine y estos eventos son parte del camino a seguir. Y repito, vayan al cine. ¡Viva Mérida y viva el cine!".Así finalizó el corto acto oficial. Nadie se mostraba muy interesado en las palabras de inauguración todos estaban concentrados en continuar con la celebración de haber logrado reunir, a partir del 29 de octubre hasta el 02 de noviembre, a los futuros cineastas, a los actuales, a los veteranos e, incluso, a algunos extranjeros, con el objetivo de ver y hablar sobre el cine venezolano.