Fue uno de los artífices del llamado “boom” del cine venezolano de los años 70 del siglo pasado
Este lunes 16 de septiembre la cuenta oficial en Instagram del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (Cnac) informó del fallecimiento del cineasta venezolano Alfredo Lugo (1936-2024), afirmando que “permanecerá como un referente de la industria cinematográfica venezolana, donde destaca el talante irreverente y crítico, que prevaleció en una obra, impregnada del humor sagaz y la estética con sello autoral que lo caracterizó”.
Nacido en Acarigua, estado Portuguesa, Lugo fue uno de los artífices del denominado “boom” del cine venezolano de los años 70 del siglo XX. Estudió en Europa donde se codeó con el convulso mundo artístico de los años 50 y 60, y al regresar, trabajó como director del noticiero de Tiuna Films y se dedicó a sus pasiones artísticas, como pintar y escribir guiones.
Tras realizar varios cortometrajes como La muerte del tío (1966), realizado en Alemania, donde se graduó de la Escuela de Babelsberg, El insólito asalto al Royal City Bank (1971) y Asesinato en el Bloque Uno (1973), realiza su primer largometraje Los muertos sí salen (1976), comedia sobre tres músicos venidos a menos que se topan con el fantasma de un general que los espanta durante su entierro. A esta le siguió Los tracaleros (1977), en la cual tres delincuentes son perseguidos tras presenciar el asesinato de un millonario; uno de los films venezolanos más taquilleros de ese año, protagonizado por Toco Gómez, Orlando Urdaneta y la debutante Elluz Peraza. El popular cómico Joselo protagonizaría la comedia dramática El reconcomio (1979), en donde encarnaba a un sencillo empleado que se debate entre comprarse un auto o pagar la operación que salvará a su esposa de una enfermedad terminal.
La alegoría política está mucho más presente en La hora del tigre (1984) a través de la huida que emprenden tres ancianos del geriátrico en el que se encuentran, cuando creen que sus vidas corren peligro.
Su última producción fue Un tiro en la espalda (2016), un film que tardó más de 20 años en ser completado.
En 2006 Lugo recibió el Premio Nacional de Cultura, mención cine, que otorga el Estado venezolano a los artistas destacados en todas las áreas.
El cine de Alfredo Lugo se caracteriza por implantar una visión crítica de la sociedad, y por estar impregnado de una plasticidad y estética con sello autoral.