Según fuentes conocedoras, es probable que se emprendan acciones legales en contra del actor.
Cuando Joaquin Phoenix abandonó abruptamente la película de romance gay de Todd Haynes la semana pasada, sólo cinco días antes de la producción, el actor desató un maremoto que ahora ha llegado mucho más allá de los confines de su set en Guadalajara, México.
"Ha habido una enorme cantidad de indignación", dijo un ejecutivo del estudio a The Hollywood Reporter sobre la reacción de los productores de Hollywood a la salida de último momento de Phoenix, que dejó al elenco y al equipo en una situación difícil, y ahora expone al actor a la posibilidad de acciones legales, según las fuentes.
La salida fue particularmente sorprendente, dado que Phoenix presentó primero el proyecto a Haynes y a sus productores de toda la vida en Killer Films, encabezados por Christine Vachon y Pamela Koffler.
Se decía que la película, que aún no tiene título y en la que también participa Danny Ramírez, se centraría en un intenso romance gay en la década de 1930. Según varias fuentes, Phoenix se acobardó antes de la producción, aunque los motivos siguen siendo confusos. Un representante de Phoenix no respondió a una solicitud de comentarios. Killer Films se negó también a responder.
De hecho, se sabe que el actor se acobarda antes de filmar varios proyectos. Dos fuentes le dijeron al mismo medio que amenazó con abandonar Napoleón, de Ridley Scott, a menos que contrataran a su director de The Master, Paul Thomas Anderson, para que hiciera reescrituras. Apaciguado, se quedó a bordo del proyecto y el film llegó a los cines a fines del año pasado.
Como Phoenix le dijo una vez a Anderson Cooper de 60 Minutes, generalmente está "petrificado" cuando asume un papel y que antes de filmar, está "nervioso" de no poder "encontrar el lugar adecuado para expresar" sus ideas.
En los últimos días, se ha vuelto más fuerte el clamor entre la comunidad de productores para que se emprendan acciones legales contra Phoenix, y personas con información privilegiada señalan ejemplos a lo largo de la historia de Hollywood de actores responsabilizados por dejar películas sin una estrella.
En 1993, un tribunal determinó que Kim Basinger había incumplido un contrato verbal para protagonizar la película Boxing Helena, de Main Line Pictures, y se le ordenó pagar a la compañía al menos 8,92 millones de dólares en daños y perjuicios. Esa sentencia fue revocada al año siguiente y Basinger finalmente llegó a un acuerdo con Main Line en 1995, acordando pagar 3,8 millones de dólares.
Otros han citado a Bruce Willis, que abandonó una película de Disney que nunca terminó, Broadway Brawler, a mitad de producción, tras lo cual tuvo que hacer tres películas de Disney (por debajo de su precio de mercado) para compensar. (Esa situación funcionó a favor de todos cuando dos de esas películas terminaron siendo éxitos: Armageddon y El sexto sentido).